viernes, 10 de abril de 2009

La Mano de Dios

Mil novecientos ochenta y séis. Maradona afirma que aquel gol anotado contra Inglaterra, y que les otorgó a los argentinos el título de campeones mundiales, lo hizo "un poquito con la cabeza y un poquito con la mano de dios". Vaya!, pero esa mano fue de El mismito, el dios del futbol argentino. Eso todos lo sabemos. En fin, coincidentemente ese mismo año, la mano de Dios -pero del Dios con mayúsculas- me ayudo a salir de una cochina jauría humana y no precisamente en una cancha de fútbol.

En aquel entonces los video clips musicales estaban muy de moda y los espectáculos de pantallas gigantes, a lo largo del territorio nacional en Perou, eran el boom del momento. Las radioemisoras organizaban este tipo de eventos en amplios escenarios que acogieran multitudes. Centenares de colegiales eran los primeros en abarrotar explanadas, estadios y coliseos cerrados para la ocasión. Mi madre nunca me permitió asistir a este tipo de cosas. Claro que No!... no era lugar para una señorita decente. Alli se reunían los chicos y chicas a fumar, a estar con el enamoradito y obviamente habían muy malos elementos. Pero... yo queria ir. Estaba de moda y todas mis amigas lo harían. Era las Más Más de radio XXXX '86 y todo el mundo estaría allí.

No recuerdo exáctamente cómo hice- pero lo más probable es que haya recurrido a alguna cochina mentirilla, esas que una adolescente inventa para salirse con sus gustos ( muy mal pues!)- el asunto es que allá resulté con mis CUATROcientas amigas. En este mismo instante cierro los ojos y nos veo bajando las graderías del Coliseo en busca de sitio para sentarnos. Sí, aquellas frías graderías de cemento!. Recuerdo cómo el lugar se iba llenando y llenando y en pocas horas estaba full. Chicos y chicas de todos los colegios de Trujillo amontonados como sardinas en el Gran Chimú.

Para mi mala suerte, antes que se apagaran las luces y se iniciara el show, el frio hizo su efecto despertando mis ganas de miccionar. Alguien me acompaña por favor?. No hubo respuesta, asi que tuve que caminar solita a los muy famosos baños del Gran Chimu. Qué horrooor!!. El lugar está lleno y no puedes caminar sin topetearte con todos los jovenzuelos quienes excitados se buscan entre sí. En el baño, hay que hacer cola. Me tapo la nariz y aguanto un poquito más. Una vez que termino, voy de regreso a mi sitio cuando veo a una mancha amarilla venir en mi dirección. Yo sólo sigo caminando, no me detengo, pero con miedo paso en medio de la jauría. Oh my gosh, son de todas las razas!.
Qué pasa?, Qué hacen?, los caninos no me dejan pasar, me han cercado y me estan atacando; yo me defiendo dándoles manazos. Trato de abrirme paso. Le he agarrado de las ropas a uno, se las rasgo y trato de caminar pero no puedo. Son más fuertes que Yo. Veo sus grotescas caras sin distinguir ninguna, escucho sus burlonas risas y palabras absurdas. Siento sus garras en mi pantalón. Dios mío!. Trato de correr pero es imposible, he caído en medio de sus malolientes pantalones grises. Mi instinto de conservación me hace seguir peleando y gritando por ayuda. Qué voy a hacer?... siento miedo, Por qué vine a este lugar?.La primera palabra en que pienso es: "Mamaaaaá". Sigo gritando, pero nadie me escucha y sigo dando manotadas para salir a la superficie. Levanto la mirada y repito una vez más con una voz casi inaudible... AYUDENMEEEE!!.
De pronto, veo aparecer una mano; una mano de alguien que está decidido a ayudarme. La agarro con fuerza y me jala de entre la jauría humana. Cuando me incorporo a ver a este Salvador, no veo a nadie. No hay nadie. Voltéo y veo a la mancha alejarse pero del que me ayudó no hay rastros. Bajo corriendo y llorando asustada hacia donde está mi gente. Les cuento lo que acaba de ocurrirme. Se rien, no piensan; les es difícil ponerse en mi lugar. Me siento un rato en las frias graderías, mi corazón se tranquiliza mientras la música caracteristica de la Más Más empieza a sonar.

El incidente pasó y no lo había recordado hasta hace unos meses cuando meditando, empecé a recordar las veces que Dios me había ayudado en situaciones really difíciles. Esto es lo que creo. Aquella noche la Mano de Dios me salvó de los crappy colegiales que por poco me dan vuelta!. A pesar de mis mentiras; a pesar de mi desobediencia, "El de arriba" siempre esta allí cuando lo necesitas, porque todo lo perdona.

Post tardío sobre un ex-distinguido vivo que ya esta muerto

Dieciséis de Abril del Dos mil diecinueve. Mi estimado amigo Alberto Castillo, director de la web Open Trujillo, me envía un mensaje rec...